¿Por qué quiero ser maestra?
Desde muy pequeña sabía que quería ser maestra. Sin embargo, conforme fui creciendo, empecé a fijarme en otras profesiones y grados, como puede ser corte y confección, traducción e interpretación, trabajo social..
Barajé numerosas opciones, cada profesor me decía que debía hacer una cosa y mi familia, como todavía me dicen: "Estudia lo que quieras y trabaja en lo que puedas".
Un día me enteré que en Cruz Roja había trato con niños, refuerzos escolares, ludotecas, campamentos, excursiones.. Entonces, ¿por qué no probar? De esa forma a lo mejor se me aclaraban las ideas.
Y así fue, los niños desde el primer momento me tuvieron ganada. A pesar de ser niños con diferentes tipos de problemas familiares, a veces revoltosos, ordinarios o alborotadores, es solo al principio.
Una vez tratas con ellos y estableces unas normas, se portan genial y en realidad es como una familia, son mis niños, todos y cada uno de ellos especiales para mi, ninguno igual y todos geniales.
Conforme pasa el tiempo más ganas de ser maestra tengo, el verles crecer, la alegría cuando entienden las cosas a la primera, la felicidad de los días que estudiamos y en el examen sacan buenas notas, las reflexiones finales, las asambleas, su forma de ver la vida y la forma tan simple de solucionar problemas...
Además de todos los abrazos y besos que te dan cuando te ven por la calle, el tener tanta confianza conmigo, los dibujos de me hacen , que tengo una caja guardada con todo lo que me regalan y siempre la guardaré. Los niños te alegran los días y disfrutas como niña jugando con ellos. Cada día es diferente y cada momento distinto, nunca te aburres.
Todo eso no hay dinero que lo pueda pagar. De verdad, me encanta. Y ojalá me pueda dedicar siempre a eso, sería feliz.
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